lunes, 26 de mayo de 2008

Tu cara también sonríe

Me contaron que lo que más sorprendente en un país como Nicaragua es la sonrisa que te regala un niño a cambio de nada.


Foto: Sofía Valverde

Poema del nicaragüense Francisco Javier Bautista Lara

Sentires de un niño

Ven, acompáñame,
no me digas nada,
come conmigo, parte esto,
no, no importa que no sepas usar los cubiertos,
solo te pido, lávate las manos;
sí, puedes comer con los dedos.
¿Así lo prefieres?
Ten calma, despacio;
te vas a atorar.
Todo el pedazo es tuyo,
al menos este pedazo.

Es cierto, quizás después no tendrás más;
recuerda el sabor de todo y guárdalo,
al menos como una esperanza,
un motivo que también tiene gusto,
que es agradable, es un punto de apoyo,
que alguien quiere compartirlo con vos.

¿Que no te agradan estas fechas?
Dices que las campanitas a veces
suenan con tonos muy tristes;
tienes razón.
No para todos las campanas
suenan lo mismo,
para unos son fúnebres, para otros festivas;
Pero, ¿qué me dices

de las lucecitas intermitentes,
de los arbolitos adornados,
de los vistosos colores?
Todos son ajenos, yo no tengo, no los puedo tocar.

¿Te gusta este carrito de plástico?
no usa baterías, es de fricción,
mira como corre, mira como gira.
Hijo mío, ¿puedo decirte así?

Tus ojos tienen luz.
Tu cara también sonríe.

No hay comentarios: