sábado, 17 de mayo de 2008

Muerte en Venecia


Desde la tribuna que tiene un profesor ante sus alumnos, Jordi Llovet, catedrático de Literatura Comparada en la Universidad de Barcelona, lanzaba una pregunta que, de afirmarla internamente, te ridiculizaba. “Venís a las aulas, sois estudiantes, ¿y tenéis la sensación de que seréis jóvenes de por vida?”.

En esencia, la juventud, la belleza y la perfección son los ideales perseguidos por Aschenbach, el protagonista de La Muerte en Venecia, obra del alemán Thomas Mann.

Ayer fui a ver esta ópera en inglés, puesta en escena en el Liceo de Barcelona, con personajes manipulados por sus destinos bajo una luz crepuscular y un fondo oscuro y violento.

Estuve en Venecia en enero de 2008. Tal vez fue el momento en que vi el arco de Rialto desde el vaporetto que te conduce por el Gran Canal cuando me percaté de ese aire mayestático y soberbio que recitaba Aschenbach.

2 comentarios:

nahuiozomatl dijo...

Pues a mi Venecia me pareció una ciudad envejecida, casi agonizante. Una exaltación de la decadencia...

Helena dijo...

pJamás se puede atrapar la juventud, de eso buena cuenta dieron las palabras encriptadas de T. Mann... Además hay montones de historias que cuentan lo absurdo del no saber envejecer con dignidad (de ahí también la famosa frase del "complejo de Peter Pan", buscando a una madre entre todas las mujeres por que no se sabe como aceptar las responsabilidades y asumir el enorme corage que supone amar a alguien de verdad).
Me parece que habría que encontrar el equilibrio entre preservar el niño que llevamos dentro y encontrar la forma de asumir que nos hacemos mayors con serenidad...