sábado, 7 de marzo de 2009

lunes, 2 de febrero de 2009

El musical que me hizo llorar

El relato desgarrador que se cuenta en el film Bailar en la oscuridad me provoca reabrir este blog, que había dejado suspendido desde finales de 2008.

Últimamente, he tenido la suerte de asistir a musicales que me han llenado de vida: Hoy no me puedo levantar, Mamma Mía o Enamorados Anónimos son algunos ejemplos. Pero la película en la que actúa la cantante Björk -interpretando a Selma- se llevó una parte de mí.

Todavía estoy dándole vueltas a cuál es el mensaje que el público debe descifrar tras más de dos horas de insoportable mirada hacia una película tan trágica y sustancial como ésta. ¿Qué nos quiere decir Lars Von Trier, el director? ¿Qué hay detrás de tanto dolor?

Pero Selma no lo vive así. Dentro de ella ha encontrado lo más importante, por ello resta importancia a la falta de visión o a los actos de traición a quien confesara su secreto. Selma sabe lo que quiere, y sabe quererse, y las notas de su vida están en cada tono, sonido y fragmento de melodía que es capaz de encontrar y extraer de lo cotidiano. De modo que no se trata de hacer más soportable el día a día, sino que los días de Selma son alegres. Vive en un escenario mágico y realista. Ella lo cree así. Es, por tanto, así. Selma no tiene problemas de soledad. Tiene, lógicamente, muchas personas que la esperan (Jeff, Kathy, Samuel, la carcelera, Novy).

Y aún cuando la vida le pone en el punto más difícil... Cuando confiesa -ingenuamente a mi modo de ver- que pensaba que era más fuerte que lo que se sentía en aquel momento, Selma dice la frase "las cosas hay que hacerlas de corazón". En esencia, ésta es la misma expresión que siempre dice mi amiga Ruth. Lo único que verdaderamente funciona.

Bailar en la oscuridad es, como calificó el diario El País, "un asombroso y arrollador drama musical". O, como me advirtió mi amiga Sara, "una película dura, muy muy dura". A mí, me ha hecho llorar como la que más. Me recordó otras historias en las que, aunque no aboque a un buen final, la persistencia es la mayor valía.

domingo, 21 de diciembre de 2008

¿Estás enamorado? Lee este post

Un periodista que tiene dos amantes acude a un centro de "desintoxicación" del amor, Enamorados Anónimos. Allí se encuentra a un matrimonio de esos de 'ni contigo ni sin ti', una chica que no quiere salir del armario, y una monitora muy estricta: "Enamorarse es, sin lugar a réplica, la peor enfermedad", asevera.

Durante tres horas, el espectáculo, desde el punto de vista musical y teatral, no deja nada que desear. La copla renace joven y los actores calcan las experiencias de aquellos que están fuera del escenario: enamorarse y desenamorarse y otra vez... enamorarse.

"No está todo perdido", insiste la monitora del centro a la vez que propone varios trucos a los enganchados al amor. ¿El primero? Escribir en un papel todos los defectos de esa persona. Pero los más curiosos son una serie de ejercicios físicos que puestos en escena invitan a la carcajada más sutil.

Al fin y al cabo, ¿qué tiene de malo el enamoramiento? Nada, probablemente.



¡Feliz Navidad y próspero 2009 lleno de amor y alegría!
Gracias a todos los que habéis seguido a la maleta roja. Y un agradecimiento especial a los que habéis comentado sus travesías.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Planetas que no son éste

"Bruno, ¿pero qué dices?", espeté en el avión a Amsterdam. "¿Dices que la vida no solo está aquí sino que habita por doquier, en el universo, repartida?". "Que es imposible que el mundo, éste, la Tierra, sea el único lugar en el que se respira". Dejé a Bruno anodadado, entre otras cosas, porque él no pensaba que alguien tuviera tan claro que lo lejano no existe y, además, porque no se puede tirar por la borda tantos años en que muchos ojos miran, expectantes, las estrellas, las que están y las que aún dejan ver su luz.

Viajando en el tiempo, me voy al momento de antes de que cogiéramos el avión a la ciudad holandesa. Porque esto sí es posible. Justo cuando preparo mis cosas para el viaje, llega a mis manos un papel que cita que el año en que nací, 1982, la nave rusa Venera 13 resistió un par de horas en Venus. Me parece curioso. Sobre todo, porque es un planeta donde la temperatura media es de 483 ºC, según una web de astronomía. Y sin embargo, lo más difícil de vivir allí sería la falta de tiempo puesto que si nos quejamos de que 24 horas son pocas, allí un día tiene menos de 243 días. Hay que pensarlo mucho.

Y vuelvo al día de hoy. Miércoles, 3 de diciembre de 2008. El viaje a Amsterdam fue fabuloso. Sentados en uno de esos coffeeshops de esos que solo se ven en ese país, un escrito me llegó al alma. Decía: "Malo: Jajaja. En Amsterdam. Jajaja. Jajaja. Un beso". El después, no lo sé. Todo el mundo sabe que no se puede ir al futuro. Y explicar el origen de esta historia no tendría sentido.


sábado, 22 de noviembre de 2008

Chole, Alicia y la Dama Triste

"Prohibido suicidarse en primavera", proclama el cartel de la clínica del doctor Roda.

Alicia, la enfermera, está cansada de ver almas morir y la Dama Triste está cansada de ser triste. Por allí, el doctor guarda la esperanza de recuperar a sus pacientes en una especie de caja de Pandora, puesto que solo las desdichas salen a flote. Todos anhelan morir, excepto Chole, la joven periodista feliz, que, por algo más que respeto, ha desistido de contar la historia del hogar de los suicidas en su diario sensacionalista.

Como el Werther de Goethe, amantes perdidos, sin lugar a nuevas expectativas, y deslumbrados por la desilusión, llenan el centro de sanación de almas.

La obra de Alejandro Casona, de 1965, y representada varias veces en Honduras, está cargada de elementos poéticos y fantásticos, a la vez que realistas y, sorpresivamente o no, también optimistas.


Chole colgó el cuadro de Botticelli en una sala de la clínica.

domingo, 26 de octubre de 2008

El jardín más bello del mundo

Aunque se dice que el origen de la palabra "capricho" viene de "cabra" y que, como sus brincos, los caprichos se presentan imprevisibles, extravagantes y arbitrarios, el literato francés Gérard Genette lo rechaza a favor de otra visión: la palabra llegaría al unir "caput" (cabeza) con "riccio" (rizo / erizado).

No importa.


Los caprichos de Goya.

Dejando a un lado la etimología, el concepto da nombre a algo más excitante y apacible. Estoy hablando de El Capricho, un parque histórico a 13 kilómetros del aeropuerto de Madrid que mandó a construir la duquesa de Osuna, María José Pimentel. Con tendencias artísticas francesas, inglesas o italianas de los siglos XVIII y XIX, el jardín ofrece espectaculares vistas, el olor de las flores, fantasía, las hojas caídas en otoño y la explosión de colores en primavera.
Sólo abre los fines de semana.


El Capricho, en la Alameda de Osuna (Madrid)

sábado, 25 de octubre de 2008

Vampiros y relaciones de pareja

Los suspiros de un vampiro no son los mismos que los de un humano. Sus deseos son muy otros. La sangre y un mordisco serían los de él y un coche nuevo y una televisión de plasma, los del otro.

Pero en "Me casé con un vampiro", las pasiones, remordimientos y vértigos emocionales llegan al absurdo en la familia Crowley. No lejos de Los Monster o La Familia Adams, los Crowley desatan sencillez a pesar de sus rasgos vampíricos. Ya no buscan abastecerse mediante sorbos descarnados en la yugular del prójimo sino el sentido de sus vidas juntos.

En una hora de representación teatral, tildan al espectador que está junto a su novia de mentiroso y de falta de austeridad. Dicen cantando que el amor no es otra cosa que temor y delirio. Hacen ver que el tedio ha llegado a sus 200 años de casados -y los que les queda-, por lo que tratan de poner remedio.

Con influencias de Freddy Mercurie, Marylin Manson y, aunque chocante, también, Pimpinela, los Crowley suben y bajan del escenario Montecargas de Madrid con un musical techno-gótico para aleccionar de forma sarcástica sobre la madurez y las relaciones de pareja.

"Me casé con un vampiro porque no comulgaba con los valores de mis amigas de entonces. Quería escapar del aburrimiento y conocer el mundo aventurero e inalcanzable para la mayoría", dice la protagonista asomada a una ventana al principio de la obra.Color del texto

"Me casé con un vampiro porque no comulgaba con los valores de mis amigas de entonces. Quería escapar del aburrimiento y conocer el mundo aventurero e inalcanzable para la mayoría", dice asomada a la ventana, con tono dudoso y estado ebrio, a mitad de la obra.

"Me casé con un vampiro porque no comulgaba con los valores de mis amigas de entonces. Debía estar retrasada", termina.