viernes, 17 de octubre de 2008

El rojo de mis labios

Es viernes por la noche. Hace poco más de una hora, he sufrido un mareo en plena capital que me ha llevado a un escabroso bar del centro-sur de Madrid. Me duelen los labios.

Es viernes por la noche y voy a salir con amigas. Vamos a tomar algo, a charlar, a contarnos, como hacemos habitualmente, cosas de la vida. Voy a pintarme los labios, color rojo o marrón sucedáneo. (El mareo de antes era cansancio. Ahora estoy bien).

Es viernes por la noche y voy a salir con Violet y Julia. Esta mañana, un grupo de personas que tomaban un café hablaban de crisis. Los titulares de los periódicos venían llenos de palabras y muchas decían: crisis. En los diarios, la sección de política, opinión, editoriales, sociedad e incluso fútbol, todas hablaban de crisis. Me ha llamado la atención una información:

El consumo de barras de labios aumenta un 6% pese a la crisis
Un segmento que resiste la coyuntura. El consumo de barras de labios en España ha aumentado un 6% durante el primer semestre del año a pesar de la coyuntura económica, según datos manejados por L'Oreal. En España el segmento de las barras de labios factura aproximadamente 200 millones de euros al año, con una venta de cerca de 20 millones de barras de labios al año.
El mercado de los pintalabios siempre ha resistido bien a la crisis. De hecho, entre 1992 y 1993, en plena recesión, este segmento creció casi un 10 por ciento. (...).

Esa noticia, bomba, pasaba desapercibida en una de las páginas de La Gaceta de los Negocios de hoy. El resto de información era más lo mismo.

Es viernes por la noche y voy a salir con amigas. Comentaremos nuestros blogs; una de ellas escribió sobre la crisis en su última entrada... ¿o fue sobre el aburrimiento? Voy a pintarme los labios.

1 comentario:

Nicolas Escartin dijo...

Marta, qué lista, eres observadora!!
Para que sepas, siento quitarte la novedad, eso de noticia no tiene nada. El caso de los pintalabios es un caso típico de estudio económico... es bastante viejo, y dudo mucho que el periodista haya visto los datos. Se cree que el motivo es que como son cosillas baratas, y que es por ello una suerte de capricho que se pueden dar la mujeres (lógicamente) que les ayuda en dos sentidos: a poderse hacer un regalo y disfrazar un poco la crisis que les afecta. Suerte!