Por norma latente, un relato particular nos lleva a la universalidad (el amor, la traición, el desengaño, el destino, la duda, el éxito, la felicidad, la muerte). Nunca al revés.
Alguien me contó que la idea o la historia de un libro es aquella piedra que tenemos en el zapato y la debemos notar al caminar. Ser sensibles ante ella. Que nos moleste lo suficiente para expresarlo todo.
Los celos de Otelo, la indiferencia ante la vida de Bartleby o la libertad cercada de Segismundo fueron esa rozadura en el calzado en las obras respectivas de Shakespeare, Melville y Calder

Es la Feria del Libro en Madrid. Habrá que darse un garbeo por allí, por aquello de que los libros nos hacen mejores, más conscientes, y nos contagian sólo de cosas positivas.
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