Alexandra Miranda se perdió el primer día y no logró ser puntual. No era de aquel país. Y, por entonces, no entendía bien el idioma. Recordó una vieja advertencia: "Nadie dijo que iba a ser fácil". Pero, pese a todo, quería descubrir qué era lo que allí le esperaba.
Cuando todo acabó, como siempre, otro mundo de sensaciones volvía a empezar:
"Dois sentimentos aparentemente antagónicos repetem-se: sinto-me perdida por não saber onde vou parar mas tenho muita vontade de descubrir-lo". Alexandra Miranda (Junio 2008).
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