domingo, 20 de julio de 2008

Los excesos

En contra de ese consejo que nos dice que debemos buscar el equilibrio, algunas personas dicen que hay que pecar por exceso antes que permanecer de brazos cruzados. Una mujer que considero mítica y un modelo a seguir, ya entrada en sus cincuenta, lo dejó caer abiertamente: "Mejor pasarse que no llegar". Y esto aplicable a "casi todo".

¡Ojo! Puede darse el caso que prefiramos seguir otras recomendaciones, como la que asegura: "Si puedes dar un paso, no des dos". Así que cada uno se acoja a la enmienda que más le convenga.

Los excesos... Buenos o no tan buenos. El escritor Javier Reverte, tras uno de sus viajes a Grecia, también aboga claramente por ellos:

"Una de las más famosas normas de la Antigüedad clásica fue aquella grabada en el friso del templo de Apolo, en Delfos: 'Nada en exceso'. Cuesta creer que fuera un griego quien la pronunció. Porque en Grecia es todo lo contrario: es la pasión desbocada, es el exceso sin bridas, es la aventura de la razón lanzada cuesta abajo y sin freno del que poder echar mano. La filosofía, el arte, la poesía y la historia de este pueblo están escritos sin paracaídas. Saltaron al vacío, sin ninguan cuerda que les sujetara.

>> Lo hicieron con su pensamiento, retando la brutalidad de sus dioses irracionales y caprichosos. Lo hicieron con su poesía, ideando hombres y mitos ejemplares que pudieran servir, al menos, como pequeña norma para transitar dignamente por lo senderos injustos e infelices de la vida. Buscaron un canon de belleza en su arte propiamente humano: la belleza de un dios desdeñoso hasta la altura de un dios, no la belleza de un dios desdeñoso de los hombres inferiores. Pintaron su propia historia con la pasta de los sueños, y lo hicieron siempre armados de coraje.

>> Cualquier tarea que emprendieran la dictaba el exceso. Fueron audaces. Y contagiaron, y quizá todavía contagian, a cualquiera que se acerca a sus territorios. Porque todo arte supremo, toda civilización que se precie de sí misma, debe ser antes que nada, excesiva y audaz".

Javier Reverte.
Corazón de Ulises.

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