domingo, 13 de julio de 2008

Aliento

Inhalar y exhalar... Respiración.
A veces en la vida hay momentos difíciles en los que nos cuesta respirar.
Cuando la confianza desaparece...
Aliento.

Kim Ki-Duk


Dice el director de cine Kim Ki-Duk que le gusta hacer que cosas improbables ocurran. Lo demuestra en Aliento, una película que pone en escena dos vidas que no tendrían que cruzarse jamás: la de un hombre que está en el corredor de la muerte y la de una mujer casada. Y aún así, se encuentran.

Los diálogos en Aliento son muchas veces sordos, casi soliloquios, porque el habla y la réplica de uno no implica la respuesta de su interlocutor. El odio se entremezcla con el amor y la confusión; la celda del condenado se convierte en un campo de flores primaverales; y del silencio y lágrimas, se pasa a la canción jocosa y viceversa. En otras palabras, Kim Ki-Duk se cree capaz de mezclar el agua con el aceite y mostrárselo a los espectadores como el suceso más natural del planeta.

El cineasta surcoreano es consciente de que su modo de pensar "difiere del de los demás" hasta el punto de que no le importa "seguir hablando solo" a través del cine. También confiesa la fórmula que utiliza para escribir el guión de sus películas. Sigue fielmente un dicho de Corea que dice: 'Escribe deprisa, con un solo trazo de pincel', lo que delata que el producto final es muy parecido al brainstorming o lluvia de ideas que acontece sobre su cabeza en cada historia.

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