lunes, 2 de febrero de 2009

El musical que me hizo llorar

El relato desgarrador que se cuenta en el film Bailar en la oscuridad me provoca reabrir este blog, que había dejado suspendido desde finales de 2008.

Últimamente, he tenido la suerte de asistir a musicales que me han llenado de vida: Hoy no me puedo levantar, Mamma Mía o Enamorados Anónimos son algunos ejemplos. Pero la película en la que actúa la cantante Björk -interpretando a Selma- se llevó una parte de mí.

Todavía estoy dándole vueltas a cuál es el mensaje que el público debe descifrar tras más de dos horas de insoportable mirada hacia una película tan trágica y sustancial como ésta. ¿Qué nos quiere decir Lars Von Trier, el director? ¿Qué hay detrás de tanto dolor?

Pero Selma no lo vive así. Dentro de ella ha encontrado lo más importante, por ello resta importancia a la falta de visión o a los actos de traición a quien confesara su secreto. Selma sabe lo que quiere, y sabe quererse, y las notas de su vida están en cada tono, sonido y fragmento de melodía que es capaz de encontrar y extraer de lo cotidiano. De modo que no se trata de hacer más soportable el día a día, sino que los días de Selma son alegres. Vive en un escenario mágico y realista. Ella lo cree así. Es, por tanto, así. Selma no tiene problemas de soledad. Tiene, lógicamente, muchas personas que la esperan (Jeff, Kathy, Samuel, la carcelera, Novy).

Y aún cuando la vida le pone en el punto más difícil... Cuando confiesa -ingenuamente a mi modo de ver- que pensaba que era más fuerte que lo que se sentía en aquel momento, Selma dice la frase "las cosas hay que hacerlas de corazón". En esencia, ésta es la misma expresión que siempre dice mi amiga Ruth. Lo único que verdaderamente funciona.

Bailar en la oscuridad es, como calificó el diario El País, "un asombroso y arrollador drama musical". O, como me advirtió mi amiga Sara, "una película dura, muy muy dura". A mí, me ha hecho llorar como la que más. Me recordó otras historias en las que, aunque no aboque a un buen final, la persistencia es la mayor valía.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Seguro que no es un buen final?, despedirse en la plenitud de haber conseguido todos los objetivos propuestos...
Me emociona especialmente Jeff, el personaje interpretados genialmente por Peter Stormare. No hace preguntas, no se rinde, sólo confía. Porqué ama.

La Gata Ciempiés dijo...

Oh, Marta, ¡qué bien!, veo que no acabas de desengancharte de esto de bloguear ¿eh? :-P

Yo la vi hace años pero recuerdo que me dejo muy mal cuerpo. Y en cuanto a lo que preguntas de Selma, pues que quieres que te diga, que me pareció un personaje un poco idiota que lo único que sabe hacer es encerrarse en sí misma en vez de defenderse. Eso solo lo hacen los idiotas.

(Jo, lo siento por romper el momento...)

¡¡¡Bienvenida de nuevo!!!

Unknown dijo...

Seguro que yo no lloraré con el musical... Odio los musicales! Pero leo entre líneas la frase de que "las cosas hay que hacerlas de corazón". Y añado que con SENTIDO COMÚN. Siempre digo algo tan sobado como que nuestro mundo más cercano sería mejor con algo más de sentido común por parte de todos... Pero es una verdad como un templo!
Bueno Marta, veo que has vuelto (de echo, yo también "t'he fet el salt" -como decimos por aquí- durante un tiempo: demasiada faena laboral y extralaboral!) Pero ojo, que veo que lo último que has publicado es de hace 1 mes!! No te duermas que siempre es enriquecedor leer algo tuyo!
Hasta la pròxima,
Jaume

Mabel dijo...

Bailar en la oscuridad? Tengo que verlo... Me encanta tu manera de narrar... déjate ir y escribe, escribe, escribe... podría ser tu gran futuro...

Besos de tu amiga Mabel

Mabel dijo...

A, por cierto... y la música? De quién es? Quién la compuso?
Más saludos...